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FRAGMENTO

      El edificio es reluciente, nuevo, pero además el profesorado hace de él una escuela amable, bonita, en la cual el niño se encuentra bien, y en la cual el maestro trabaja a gusto, sin ningún regateo de esfuerzo. Y es que las condiciones lo hacen favorable. Las autoridades no son indiferentes a estas escuelas. Los partidos políticos tienen un criterio definido y entusiasta respecto a los problemas escolares. El Ayuntamiento, además de proporcionar y cuidar constantemente el local, abona emolumentos a los maestros del Patronato –les dobla el sueldo que les paga el Estado- y subvenciona enseñanzas especiales y ciertos servicios, como es todo el material escolar que se precisa. De esta forma se consigue que la enseñanza sea claramente gratuita para los escolares.

      Pero todo ello no basta. Falta, además, una compenetración espiritual entre padres y maestros, falta una cooperación de ideas y de recursos económicos para suplir las deficiencias oficiales y para satisfacer necesidades escolares que por su carácter especialísimo y singular no pueden ser previstos por la Administración pública. “Establecer esta íntima relación entre escuela y familia – decía Giner de los Ríos- no sólo mediante el niño, sino directamente, es tal vez hoy el problema pedagógico-social de superior interés y novedad entre los pueblos cultos”.

      Así como en casi todo el resto del país la escuela la exigían las leyes, en Barcelona lo exigía la vida. Era sorprendente al visitante castellano la alta estimación que tenían en Barcelona por la enseñanza los padres de familia. Esta estimación contagia a las autoridades y partidos políticos. En ningún sitio se amotinaría la gente por una política pedagógica como en Barcelona. Y es porque en esta ciudad, preponderantemente industrial y mercantil, se siente hondamente la necesidad de cultura. Pero ese interés y celo de los padres por la escuela no está exento de inconvenientes y peligros. El peligro está en que cada padre pretende llevar a la escuela sus particulares preocupaciones. Por intromisiones insensibles, irán invadiendo las atribuciones del maestro, la escuela quedaría convertida en un mosaico de aspiraciones y preferencias, el espíritu y la autoridad del maestro quedarían anulados y padecería la escuela una completa suplantación. Además, sabido es que los padres suelen pretender llevar a la escuela, no solo sus especiales preocupaciones y sus prisas, sino también sus ambiciones y errores, con todo lo cual tratan de imprimirla una marcha rápida, violenta y desviada. Y esto, que es estéril siempre, es con frecuencia contraproducente por el maestro, empujado a marchas forzadas, en lucha contra lo imposible, se ve obligado a falsear su obra, atendiendo desde este momento más a las apariencias que a las realidades, perdiendo la sinceridad y dejando de ser maestro para convertirse en adulador de la clientela. Así la escuela se mercantiliza y se convierte en escaparate.

      Todo esto lo sopesa Martí Alpera al hacerse cargo del “Baixeras”. Pero por otro lado también veía que el aislamiento de la escuela, aún el espléndido aislamiento, implica la obra incompleta, sin solidez y sin raigambre. A veces representa la asfixia. Martí Alpera, con un criterio educador firme y elevado, supo convencer a los padres los verdaderos intereses de sus hijos para convertir a aquellos en verdaderos colaboradores de su obra.

      En septiembre de 1924 se constituyó con el nombre de “Los Amigos del Grupo Escolar Baixeras”, una asociación de padres de familia con la misión de desarrollar en torno a la Escuela una acción protectora de colaboración y de inteligencia cordial. Es la primera asociación que se constituyó de este tipo en España, según nuestras noticias, y fue de neta inspiración de Martí Alpera. Esta asociación significó la aportación del aliento y el esfuerzo familiar y social a favor de la Escuela. “Es una tarea de aproximación de la Escuela y la familia –explicó Martí Alpera el día que se creó- , lo cual por una parte facilitó el acuerdo por el desenvolvimiento de la tarea educativa y por otra aumenta los medios y la eficacia de la Escuela”.

 

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